El 13 de mayo de 2445, se firmó un armisticio que prometía que todos los países depondrían las armas y trabajarían juntos por el bien de la humanidad. El armisticio fue firmado por todas las naciones y codificó el final de la guerra. Sorprendentemente, en las décadas siguientes, las fronteras se cayeron y se fusionaron los gobiernos. Donde había habido casi 200 países diferentes, ahora sólo habría un planeta unido bajo la bandera de la República Terran.
Los representantes de todas las naciones antiguas se unieron en un consejo. Debido a que los responsables entendieron que la Tierra sobreviviría si estaban juntos, establecieron leyes que serían estrictamente y de manera uniforme cumplidas. Era vital para la República Terran que a ningún individuo le fuera permitido frenar el avance seguro de todos los pueblos. Ya no había ninguna necesidad de existir gobiernos individuales. La República Terran, trabajando por todo el pueblo, ocupó el lugar. En ella se dedicó sobre todo a la defensa en todo el mundo, y luego a la paz, la prosperidad y el avance tecnológico para todos.
Para lograr la seguridad y el progreso, la República creó un estricto código de conducta para su pueblo, con el principio gobernante de que "nadie está por encima de la ley". Para que todo el mundo sea libre, todos deben seguir las mismas reglas. Por primera vez en la historia de la humanidad, habría igualdad total para todos. En todos los sentidos, los Terran triunfaron más allá de la imaginación de cualquiera. Por primera vez en su historia había paz en la Tierra, y esta vez, la paz fue bien acogida por todos.
Al final de sus diez años de plazo, la constitución de la República Terran estableció elecciones libres y abiertas. El pueblo, libre de preocupaciones, no quería tener nada que cambiar y votó que volviera al poder. Diez años más tarde, hizo lo mismo. Durante los próximos cien años, la humanidad trabajó unida, aprendiendo a comprometerse y cooperar juntos y no sólo reconstruyendo la Tierra, sino creando nuevas tecnologías que permitieron el rescate de los recursos naturales despilfarrados que habían llevado originalmente a la guerra. La humanidad hizo increíbles avances tecnológicos en medicina, aeroespacial, ciencias de los materiales, la fabricación de nano-agricultura. Incluso sin tener que viajar a las estrellas, la Tierra se convirtió en un paraíso.
Hubo algunos que lucharon contra la paz establecida. Siempre había quienes querían más. Pero cuando saltó el golpe, la República Terran lo reprimió, de forma más fuerte. Para garantizar la continuación de la paz, la RT promulgó leyes estrictas y sanciones severas. El pueblo, disfrutando del momento más próspero de la historia de la humanidad, los animó. Tal y como proclamó el presidente Harrikan en 2598: "Todos los ciudadanos deben mostrar lealtad y fidelidad a la República, por encima de todo. El castigo estricto a veces es necesario, y si las libertades menores deben comprometerse a garantizar la seguridad y la prosperidad de todos, entonces que así sea."
La lealtad y la fidelidad a la República, por encima de todo. Estas se convirtieron en las palabras de la República Terran por las que vivieron y las palabras abrazaron al pueblo.
Al final del primer siglo, en la fecha en que el agujero de gusano se abrió de nuevo, la gente votó una vez más que la República Terran siguiera al mando. Y así lo hicieron durante otros cien años.